Por Maite Rojo
-Puedes añadir a la mezcla final un poco de queso rallado o de queso azul para dar más sabor.
-Sin la salsa de tomate te sirven como aperitivo.
-Si utilizas las espinacas congeladas tienes que echar menos cantidad, con un paquete de 400 gr. es suficiente.
-También puedes sustituir las patatas cocidas por puré de patatas en copos, hazlo con leche y sigue las instrucciones del fabricante para que quede muy espeso. En este caso no tienes que añadir las yemas de huevo.
Ingredientes para cuatro personas
½ Kg. de patatas.
2 yemas de huevo.
2 cucharadas de mantequilla.
1 diente de ajo, perejil.
Harina, aceite.
Sal.
Para la salsa de tomate
1 cebolla.
1 pimiento rojo.
2 dientes de ajo.
3 cucharadas de aceite.
Sal.
Modo de cocinar
Lava bien la piel de las patatas.
Pon agua en una cacerola y calienta, cuando el agua este templada añade las patatas con piel y una cucharadita de sal, deja que comience a hervir y baja el fuego. Deja que cuezan 30 minutos, hasta que estén tiernas. Deja que se enfríen dentro del agua.
Para hacer la salsa de tomate calienta 3 cucharadas de aceite en una sartén y añade los tomates, el pimiento, la cebolla y los ajos, todo lavado y troceado, rehoga unos minutos a fuego fuerte, reduce el fuego, añade 3 cucharadas de agua y un poco de sal, y deja que se hagan lentamente unos 30 minutos. Remueve de vez en cuando.
Pásalo por el pasapurés o tritúralo con la batidora. Pon nuevamente al fuego y deja que reduzca 15 minutos. Prueba la sal y la acidez, si es necesario añade sal y azúcar.
Cuece las espinacas en un poco de agua hirviendo con sal, con 10 minutos es suficiente. Escúrrelas estrujando para que suelten bien toda el agua. Pícalas finamente.
Maja en un mortero el diente de ajo con el perejil hasta que quede como una pasta.
Pela las patatas, aplástalas con un tenedor y añade las yemas de huevo, la mantequilla, el ajo y perejil machacado, trabaja la masa hasta que este todo bien mezclado, incorpora las espinacas y remueve bien hasta que este todo integrado. Forma bolitas, pásalas por la harina y fríelas en abundante aceite caliente. Sácalas cuando estén doraditas y escurre sobre papel de cocina para quitar el exceso de grasa. Colócalas en una fuente y echa por encima la salsa de tomate.
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